Inscripciones romanas


Los hallazgos epigráficos de Abdera han sido numerosos. Casi todos están fechados en la época romana del Alto Imperio. La mayoría de las inscripciones funerarias o conmemorativas localizadas se han hallado en Montecristo. Algunas de estas lápidas han sido aprovechadas en la construcción de la ermita de San Sebastián, como parte de los materiales que forman sus muros.
Lápidas funerarias romanos halladas en Montecristo (Colección Oliveros). Dibujo Ruz Márquez.













Lápidas funerarias romanos halladas en Montecristo (Colección Oliveros).
Dibujo Ruz Márquez.

La mayoría de las recogidas en este trabajo han desaparecido y nos han llegado a través de todos los estudiosos que las descubrieron y descifraron desde finales del siglo XVIII, como es el caso de Francisco Pérez Bayer, hasta finales de los años 70. Las que aún están localizadas, se hallan en poder de coleccionistas privados (familia Oliveros) ó depositadas en el Museo Arqueológico Provincial de Almería en espera de un nuevo edificio donde ser expuestas y estudiadas.

Más allá del interés puramente como piezas arqueológicas de estas inscripciones en mármol en idioma latín clásico, la epigrafía nos ayuda a identificar la composición de la sociedad abderitana de la época y a hacernos una idea de las distintas culturas (griegos, judios...) que compartieron este territorio y dejaron su legado.
La epigrafía nos muestra las distintas familias aristocráticas de Abdera. La más importante parece ser la Annia. Esta tiene varias inscripciones dedicadas a fallecidos (“Annio Hispano”, “Annia Salomonula”).

Annio Hispano”es un niño de entre 7 y 12 años fallecido. Hispano nos dice que su origen es autóctono y solía ser empleado por las familias aristocráticas de la Península. La pertenencia a la élite de la ciudad de este niño está corroborado por la posesión de un “paedagogus” (pedagogo) que le dedica la inscripción. Se trata de una familia existente antes de la dominación romana, que se integra también en el mundo romano como élite.

En el caso de “Annia Salomonula...Iudaea” estamos ante una niña judía cuyo nombre aparece en una inscripción sepulcral, hoy en paradero desconocido. Se trata del documento latino más antiguo (finales del S. II y principios del S. III) que constata la presencia de judíos en España y además integrados en una familia aristocrática local. Parece que la presencia judía en España está ligada al aumento de la actividad comercial en el Mediterraneo y a la diáspora judía de Palestina a partir del siglo II d. C. La familia de los Annios tiene una tercera fuente epigráfica con la inscripción Anniola.

La siguiente familia según el mayor número de aparición de inscripciones sería la Marcia (“Marcia Celsa”, “Marcia Stratonice”, “Marcio Callisto”).

“Marcia Celsa” ocupaba el cargo de sacerdotisa perpetua de la familia imperial. Quienes accedían a los cargos sacerdotales en las ciudades procedían siempre de lo más distinguido de la aristocracia tanto por su necesario status como ciudadanos romanos, sino también por la fortuna necesaria para pagar el puesto.

“Marcia Stratonice” nos habla otra vez de una aristocracia con un ascendente oriental (griego), originado por la importante colonización griega de las costas andaluzas.

La siguiente familia sería la Mummia, representada por dos inscripciones dedicadas a “Mummia Saturnina” y a “C. Mummio Marulio”. Este último poseía una esclava de nombre “Quieta”.

Otras familias que aparecen en las inscripciones son los “Aemilios” y “Cornelios”. Los Aemilios suelen llevar el praenomen “Lucius” como en el caso de Abdera. Los Cornelios son un gentilicio extendido por Hispania como consecuencia de la conquista romana llevada a cabo por Publio Cornelio Scipion.

En otras inscripciones, la epigrafía nos muestra el poder económico del individuo aunque no sea de origen aristocrático y la influencia de la religión oriental. La inscripción comienza con “Cultorum Colegii Nemesis”, lo que implica el culto de la divinidad oriental Némesis en Abdera. En este caso un liberto y un esclavo dedicado al comercio o a la industria del salazón gozan de un importante desahogo económico. El “Libertus” Suavis y el esclavo “Villicus Faustus” como representantes de un colegio ofrecen la construcción de una Aedicula (edificio religioso).

Esta lápida nos dice además que el culto a Némesis a través de un “Colegii” era una forma de organización religiosa de esclavos y libertos. Se trata de un colegio familiar. Estos colegios, frecuentes en el siglo II d. C. se han interpretado tanto como asociaciones religiosas como económicas. Su cometido era fortalecer la familia romana ya que prolongaba los vínculos de dependencia de los libertos con sus antiguos amos. Además el culto era una defensa de los intereses y tradiciones familiares y era el medio para impedir la adhesión de estas personas a cultos o doctrinas que podían ser peligrosas para el esclavista.

Hay que tener en cuenta que Némesis era la diosa griega de la venganza. Salvaguardaba la justa medida y castigaba toda conducta desordenada de los seres humanos.

Otra inscripción notable nos muestra la existencia del cargo de “duunvir” o magistrado que constituye el poder supremo administrativo de la ciudad. Se trata de un equites de la élite local que tras desempeñar la más alta magistratura a nivel local (el dunnvirato) y continuar su carrera en el “Cursus Honorum” ecuestre, vuelve a su ciudad natal donde pasa a desempeñar un cargo religioso “Flamen” del divino Augusto, con estrecha relación con el culto al emperador. Antes había sido además de duunvir, Praefectus Fabrum y Praefectus Cohortis. El primer cargo estaba en relación con la administración municipal, los dos intermedios pertenecen a las funciones militares y administrativas del estamento ecuestre. Su último cargo es como sacerdote municipal encargado del culto al emperador Su madre “Quartilla” está también ligada al culto imperial como “Sacerdos Divae Agustae”, construye una basílica “Hypaethro” y ofrece un banquete público.

Aparece también otra inscripción en la que un cargo ecuestre “Flamen Divorum Augustorum, Praefectus...” desempeña un cargo religioso también relacionado con el culto imperial y ha tenido también un importante cargo ecuestre como Praefectus.

El empleo de esclavos es otra clave que desvela la epigrafía, más con el trabajo doméstico que con el trabajo en el campo. Aparecen inscripciones que hacen referencia a esclavos con nombre griego. Es posible que éste fuese su origen (muy considerados por su gran nivel cultural). O bien que los comerciantes les pusiesen estos nombres para venderlos mejor.

Nombres como “Policite”, “Crysidae”, “Pusinnicae”, “Acte”, “Pyrallis”, “Clymene” y “Byblis”.

También aparecen nombres de origen norteafricano como el de “Qvieta” o “Victor”.

El grupo de los Libertos (hombres libres que han sido esclavos) también están representados en las inscripciones. En una de las epigrafías ya analizadas, “Suavis” es un liberto que comparte con un esclavo la construcción de un edificio religioso porque tiene una buena posición económica. En otra lápida aparece el Paedagogus, de nombre “Auctus” que dedica un epígrafe honorífico a su alumno Annio Hispano lo que revela la consideración que los maestros tenían para con sus discípulos, orgullosos de instruir a miembros de familias de rango superior.

El culto a los dioses Manes es de los que más testimonios existen. Se trata de divinidades asociadas a los muertos y suelen aparecer en inscripciones funerarias a partir del siglo II d. C. Los Manes aparece en lápidas de C. Annius ,Attia Galla, Marcia Stratonice, Maurus (ciudadanos) y en las de Proculus; Víctor; Acte, Pyrallis y Clymene (esclavos).

Otro culto documentado es el de los dioses Lares (dioses familiares romanos), presente en la epigrafía del liberto y el esclavo que forman un colegio religioso. Los dedicantes son personas de escasos medios económicos, de baja clase social, libertos y esclavos que se asocian en una cofradía funeraria. También en esta misma inscripción aparece el culto al Genius ó espíritu protector. Muchos de sus devotos procedían de las clases más bajas. Pese a ello, la posición económica del liberto Suavis y del esclavo (villicus) Faustus con peculio que tiene sus propios recursos (de suo donum dant) y una posición desahogada, ya que la construcción de los Aedicula (capilla para las imágenes del Lar y el Genius) requería unos gastos fuera de lo corriente para un liberto y más aún para un esclavo.


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