La divulgación de la cultura andaluza


El primer libro de la Colección “Biblioteca de la Divulgación de la Cultura Andaluza” se edita en La Habana en 1921 con el título “Biblioteca de Autores Andaluces”. Un libro que recoge 564 biografías de literatos andaluces del siglo XIX a lo largo de 345 páginas en las que incluye además 133 grabados. Como en todos los volúmenes de la Biblioteca de Divulgación de la Cultura Andaluza, Cuenca Benet incluye en su obra mediante un interesante índice que ordena los autores por riguroso orden alfabético y página ó páginas donde se les puede localizar, para una consulta más fácil.
Portada del libro Biblioteca de Autores Andaluces y dedicatoria.







Portada del libro Biblioteca de Autores Andaluces y dedicatoria.

Portada del libro Biblioteca de Autores Andaluces y dedicatoria.

Francisco Cuenca dedica este primer libro al Centro Andaluz de La Habana, asociación muy querida y a la que ayudará con todas sus fuerzas a convertirse en un referente cultural y social para los andaluces emigrados a Cuba y para los que estaban de paso por la isla.

Cuenca anuncia que este libro es el comienzo de una Biblioteca de Divulgación de la Cultura Andaluza. En el prólogo que redacta como una carta al lector al que se dirige en segunda persona, Cuenca se define como un virtuoso recopilador de datos biográficos y bibliográficos dispersos o no publicados, de los escritores andaluces del siglo XIX.

El Autor no hace selección ni clasificación alguna por el mayor o menor grado de celebridad que hubiesen alcanzado, porque pensaba que la fama no se corresponde siempre con el trabajo o la brillantez, sino que la celebridad o no es muchas veces cuestión de gustos. Por tanto el único orden que emplea Cuenca es el orden alfabético.

Las páginas de esta Biblioteca aparecen acompañadas de las apreciaciones y juicios de valor que sobre los autores merecen a personalidades como Menéndez y Pelayo, Giner de los Ríos o Juan Valera entre otros.

Cuenca solo incluye en su obra a escritores que hayan escrito libros, reconociendo la importancia de articulistas de periódicos y revistas, como escritores. Pero éstos últimos no son objeto de su estudio.

Desde esta primera obra de divulgación Cuenca Benet aborda en su prólogo la leyenda negra de Andalucía como tierra de ignorantes y comenta: “Abrigo la seguridad de que te has de sentir orgulloso viendo que en este espacio de un centenar de años, el genio literario andaluz representado por más de 600 autores, han producido 7.000 volúmenes duplicando en cantidad y calidad la producción total española”.

También se ocupa brevemente de la vida literaria de otros cuatro abderitanos: sus primos Antonio Cuenca Cuenca y José Cuenca Cuenca, Ramón Blasco Segado y Enrique Sierra Valenzuela. El propio Cuenca Benet se autobiografía, incluyendo una semblanza de su vida profesional hasta ese momento.
Junto a estas referencias aparecen biografías y semblanzas de autores ya consagrados como Pedro Antonio de Alarcón, Gustavo Adolfo Bécquer, Angel Ganivet y Antonio Machado ó biografías de ilustres almerienses como su íntimo amigo Francisco Villaespesa o el político y escritor de Alcolea, Arcadio Roda Rivas.

Villaespesa, amigo íntimo de Cuenca Benet señala sobre esta primera obra, refiriéndose al potencial cultural de Andalucía: “Andalucía permaneció durante muchos años desconocida en absoluto para el resto del mundo y hasta para los mismos andaluces. Faltaba el libro generoso y entusiasta, que divulgara el florecer, casi fabuloso de su cultura; que esparciera a los cuatro vientos el rumor germinal y augurante de tantas colmenas de pensadores y de artistas como están labrando en la sede severa de la soledad y el silencio, los panales desbordantes de mieles de oro del más glorioso porvenir”.

Francisco Villaespesa.

Francisco Villaespesa.

El poeta almeriense dice que Cuenca es “uno de los andaluces que más se interesan por los progresos y los prestigios culturales de su región: mi viejo amigo Francisco Cuenca, el celebrado escritor, de pluma ágil y jugosa, sólida preparación y prócer abolengo intelectual”.

Villaespesa llama a este primer libro de Cuenca Benet sobre el arte andaluz, “una obra magna de divulgación destinada a descubrir Andalucía y a poner de relieve la labor ciclópea de los andaluces en todos los órdenes de la actividad humana durante los últimos ochenta años”.

Para Villaespesa el estilo de Cuenca Benet es de “una sobriedad castiza” que conjuga con elementos como una copiosa documentación y un sentido crítico, en la más noble acepción de esta palabra. Cuenca comenta y estudia, clasifica y ordena las obras tan múltiples y tan diversas de cerca de un millar de escritores andaluces, “exaltando ponderadamente valores consagrados, creando nuevos, seleccionando algunos y dando a todos el nivel justo que les corresponde con arreglo a la más imparcial de las revisiones”.

En esta primera obra Cuenca Benet repetirá ese doble proceder de hacer acopio de artistas y de sus obras más importantes y rasgos de su vida y personalidad, pero dándoles la importancia rigurosa que cada uno de ellos tuvo. Recuérdese que en muchos casos los comentarios de Cuenca Benet se hacen sobre hombres y mujeres contemporáneos suyos, que por tanto no han concluido su producción intelectual a la hora de concluir esta obra. En unos casos la reseña quedará oscurecida por el nombre y autoridad finalmente alcanzados. En otros, el comentario y el juicio profesional de Cuenca podrán verse sorprendidos por una carrera prometedora en los primeros años de actividad, que no cuajó en la madurez. El autor ofrece a todos un lugar con independencia del éxito económico o reconocimiento social finalmente alcanzados.

Este primer libro será completado con un segundo tomo en 1925 en el que figuran 507 nuevos literatos andaluces, lo que supone unas 1.071 biografías.
Portada segundo tomo Biblioteca de Autores Andaluces. 1925.

Portada segundo tomo Biblioteca de Autores Andaluces. 1925.

El segundo tomo de “Biblioteca de Autores Andaluces”, aparece el 25 de julio de 1925. Con 408 páginas, supera en número de biografías al primer tomo. En esta ocasión Cuenca dedica la publicación, “Al Círculo Andaluz de Buenos Aires portavoz, en la Argentina, de la cultura andaluza”.

En su habitual carta al lector con que tiene por norma iniciar cada publicación, Cuenca justifica la aparición de este segundo tomo como forma de completar las referencias de un buen número de autores que no aparecían en el libro de 1921. “Me propuse, con entusiasmo y perseverancia, completar la obra presentando a las Repúblicas de Hispano-América el mayor número de literatos andaluces de estos últimos tiempo que han escrito libros. Y, al fin, después de tres años de búsqueda he investigación he logrado reunir en este segundo tomo alrededor de 500 autores que no figuran en el primero y que han publicado en el corto espacio de 40 años más de 8.000 volúmenes”.

La inclusión de autores americanos descendientes de andaluces al lado de los escritores andaluces es uno de los objetivos de la obra y tal y como señala Cuenca, “De aquí en adelante, los hispanoamericanos, descendientes casi todos de andaluces y los andaluces que viven dispersos por América, sentiremos más cariño, más respeto y más fanática adoración por esa madre Andalucía tan fecunda e inagotable que a cada hora está dando múltiples y portentosos alumbramientos”.

A pesar de su euforia por este segundo tomo acabado, tercero de la colección, Cuenca no oculta sus intenciones literarias como exposición de vidas, no de análisis y escribe con humildad: “Reconozco honradamente que el valor didáctico de esta obra es muy relativo, pues aunque reproduzco buen número de composiciones poéticas y me permito emitir algunos juicios críticos sobre la labor literaria de los autores que en el libro figuran, ni las primeras pueden ser el reflejo exacto del desenvolvimiento de la lírica andaluza contemporánea ni los segundos tienen otra autoridad que la sinceridad y buena fe con que los expreso.

La misión que me he impuesto no es de análisis: es de exposición. Trato de hacer un sumario de lo que Andalucía ha producido en todos los órdenes de la cultura humana durante los últimos cien años; y suplo con mi voluntad, a falta de otras dotes, la penuria de las bibliotecas bibliográficas andaluzas, para dar a conocer, en escueta síntesis, los valores intelectuales y artísticos de aquella hermosa región española tan ignorada en América en esos aspectos”
.

El abderitano añade a los objetivos anteriores, el de “legar a la posteridad una Biblioteca, compendio de las actividades béticas durante el último siglo, que sirva de punto de partida a los críticos y a los historiadores para un análisis más severo y para una investigación más minuciosa”.

Incluye Cuenca un amplio listado de pseudónimos de escritores y literatos y agradece a una serie de colaboradores localizados en Madrid y en las ocho provincias andaluzas, que desde Esp aña le han proporcionado la documentación necesaria: “Debo mencionar a don José Alius Ruiz, de Málaga, infatigable y entusiasta; a don José Luis Montoto de Sedas de Sevilla; a don Mario Méndez Bejarano, de Madrid; a don José Díaz Martín de Cabrera, de Granada; a don Rogelio Buendía Manzano, de Huelva; a don Eduardo de Ory, de Cádiz, a don Enrique Vázquez de Aldana, de Córdoba; a don Enrique Cuenca, mi hermano, de Madrid y a don Francisco Villaespesa, el insigne poeta almeriense”.

De entre los escritores biografiados, destacan las primeras referencias de un joven poeta García Lorca, del que Cuenca dice: “Joven y notable poeta lírico, su mocedad, entusiasmo y fervor por las cosas bellas, se traducen en versos que tienen una emoción nueva y cautivadora”. Aumentan en este segundo tomo las referencias a escritoras andaluzas, como es el caso de la jiennense Patrocinio Biedma, que ya aparecía en el primer volumen, Enma Calderón y de Gálvez, Amalia Domingo Soler y la almeriense María Álvarez de Burgos.

En cuanto a la representación almeriense, resaltan las biografías de José María Acosta Tovar, al que ya dedicó un espacio en su primer volumen, José María Alvarez de Sotomayor Enrique Carretero Granados, Miguel Jiménez Aquino y Ramón Jiménez Lamar entre otros.


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